Trucos para acertar en los maridajes de vino para tus platos de Navidad

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Cuando llega la Navidad a todos los anfitriones les preocupan los menús y que sus invitados se queden satisfechos. Está claro que unos buenos productos y unas recetas originales son muy importantes, pero no hay que subestimar la importancia de los vinos que acompañan a cada uno de los platos. De hecho, un buen maridaje puede ser la clave para que los platos de Navidad resulten todo un éxito.

¿Qué es el maridaje de vinos?

El maridaje de vinos es el arte de combinar una comida con el vino que mejor le pueda venir, según sus características.

Decimos que es un arte porque no hay unas reglas inamovibles y las posibilidades son prácticamente ilimitadas. Al gran número de comidas que se pueden tomar con vino hay que sumarle la enorme variedad de caldos disponibles hoy en día.

Pero esto no quiere decir que todo valga. El reto está en conseguir la mejor combinación posible y, para ello, hay unas pautas básicas que se pueden recomendar. El objetivo final es que tanto la comida como el vino sepan todavía mejor gracias a la fusión de sus matices.

¿Cuáles son las claves para maridar los platos de Navidad?

Como hemos dicho, a la hora de maridar no hay normas ni tampoco una fórmula que asegure el éxito. Un pequeño cambio en la receta puede afectar completamente al conjunto del plato, al igual que una mínima alteración en el vino también puede ocasionar resultados indeseados.

Eso sí, hay algunos aspectos que pueden allanar el camino y es importante tenerlos claros y recordarlos cuando se vaya a decidir el menú y los vinos.

Lo primero de todo es pensar en el total de las comidas y las bebidas como en un conjunto único y no como platos separados de un modo estanco. La experiencia ha de ser completa y tiene que fluir, desde el momento en el que uno se sienta a la mesa y se empiezan a servir los platos, hasta que se da el último bocado y el último sorbo a la copa.

Otro consejo que puede resultar muy útil para maridar un menú de Navidad es decidir primero qué platos gustan y se pueden cocinar para, a partir de ahí, elegir los vinos que mejor casen con ellos. De este modo, la elección del vino no condiciona las comidas, que pueden resultar mucho más difíciles de elaborar, de conseguir o, incluso, pueden no apetecer.

Una vez que ya se tienen los platos elegidos, aunque no se tengan conocimientos avanzados sobre enología, gastronomía ni maridaje en concreto, se pueden elegir los vinos equilibrando su fuerza con la de la comida. Si se van a presentar recetas especiadas o picantes, es mejor casarlas con vinos un poco más dulces, mientras que para los platos de elaboración sencilla una opción acertada pueden ser los vinos más complejos.

Y, por supuesto, un último consejo que tiene que estar siempre presente: el vino que se elija para el maridaje tiene que ser también un vino que guste beber solo. Si ya tiene éxito de este modo, la diversión será ver cómo puede funcionar con comidas también sabrosas.

Con Bordón, el maridaje nunca falla

En Bordón son descaradamente clásicos y no tienen ningún complejo en reconocerlo. Lo clásico nunca falla y por eso un vino Bordón va a ser un acierto seguro en el maridaje de tu menú navideño.

Lo mejor de todo es que Bordón tiene una gama amplia de vinos perfectos para combinar con todo tipo de comidas. Y, para hacerlo todo más clásico todavía y triunfar en el maridaje, puedes apostar por el Bordón Blanco o el Bordón Viña Sole para tus platos de pescado y carnes blancas, o pasarte directamente a un Bordón Reserva o Gran Reserva para los guisos o los asados.

Un maridaje clásico para que tu menú de Navidad sea como el de los mejores tiempos. Sin complejos ni postureos. ¿Te apuntas?