Tras el parón de verano, el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria retoma desde hoy su agenda de movilizaciones. Este lunes se llevarán a cabo los primeros actos en Bilbao y Pamplona y el próximo 11 de septiembre se realizarán en Donostia y Vitoria-Gasteiz.
Como viene siendo habitual, los pensionistas vascos seguirán exigiendo con sus protestas una pensión mínima de 1080 euros «como compromiso inmediato del próximo gobierno con efectos retroactivos a enero de 2023». También solicitan «complementar a 1080 euros los ingresos mínimos de las personas pensionistas en los próximos presupuestos» y restablecer para diciembre «la paga compensatoria por la pérdida del poder adquisitivo de las pensiones», entre otras demandas.»Ha habido elecciones, pero los problemas de las personas pensionistas no han desaparecido», recuerda el Movimiento de Pensionistas. Además, advierte que el incremento del coste de la vida «está empeorando drásticamente» las condiciones de vida y pone «cada vez más difícil acceder a una alimentación sana y a los medicamentos, a unas condiciones habitacionales dignas que garanticen la movilidad y una temperatura adecuada, el acceso a los servicios sociosanitarios de atención a la dependencia».