Regresó el gran Athletic en el momento más oportuno, para derrotar al Villarreal CF en su pelea por los puestos europeos. Decidió Iñaki Williams con un mano a mano ante Rulli después de una fantástica maniobra de Raúl García, pero ese chispazo sólo fue una anécdota con la tormenta de juego que provocaron los leones en la segunda mitad.
El Athletic se asienta en Europa a dos jornadas del parón, aunque más importante que lo matemático es lo sintomático. Después de un tramo inicial de partido en el que los de Valverde sufrieron para hincar el diente al Submarino, que empeoró sobremanera tras la temprana lesión de Lo Celso, el equipo rojiblanco fue dando pasos importantes en su juego hasta sacar todo su arsenal en la fase clave del choque.
La actuación de Gatibu en el descanso fue como una premonición de que la banda zurigorri volvería a funcionar. Llegó la danza de la lluvia en juego. El gran equipo volvió a su ser en la segunda parte, en la que Raúl, que acompañó a Sancet y Vesga en la medular, disparó pronto a quemarropa a Rulli un balón que había robado a Pau, pero se quedó entre las piernas. Simón anduvo fino en las dos únicas acciones claras del Villarreal, a lanzamientos de Danjuma y Alberto Moreno. Como también estuvo acertado el ex guardameta de la Real, que sacó con las yemas un tiro cruzado de Iñaki Williams justo antes de su gol, que llegó en el 58’ por cortesía de Raúl García.
Los leones tuvieron ocasiones a pares cuando Sancet se descolgó a la mediapunta, aunque justo antes Raúl tuvo de nuevo la sentencia. La gran jugada de los leones llegaría en el 72’, cuando el balón llegó franco a Vencedor, que disparó al medio. La gran última ocasión fue de Nico Williams. Para entonces, San Mamés y su emotivo Athletic ya sabían que la victoria estaba en el bote. A reponer fuerzas y a tratar de batir fuera a un Girona que ha empatado en el Bernabéu.